Antes de bajar a la playa pasé por mi cuarto a cambiarme de ropa. Cambié mi formal camisa y mis pantalones oscuros por una camiseta de manga corta y un bañador tipo bermuda. No me puse zapato alguno, al fin y al cabo, ser un demonio tenía sus virtudes y el teletransporte era una de ellas.
Me atreví a echarme un vistazo en el espejo del baño antes de irme. Aunque no solía vestir así en absoluto este estilo encajaba más con mi aspecto juvenil. Suspiré y desaparecí de allí.
Eran alrededor de las cinco de la mañana, por lo que la playa estaba totalmente desierta. Aun así había hecho bien cambiándome de ropa.
Recorrí la playa observando el horizonte, empezaba a iluminarse, no tardaría mucho en amanecer según el horario de verano.